Shu Yu Ge conocía muy bien el poder de la Asociación Comercial Dragón Negro en las Cuatro Provincias de Longjiang. Estaba segura de que si ella estuviera en la misma situación hoy, no dudaría en servir a la Asociación Comercial Dragón Negro, una elección que garantizaría su supervivencia, elevaría su estatus y obtendría su apoyo.
La vida es preciosa, pero el amor es aún más valioso. ¡Si la causa es la riqueza, todo puede ser abandonado!
Para Shu Yu Ge, una figura de la industria del entretenimiento, la riqueza, el estatus y la fama eran lo más importante, y todo lo demás podía ser intercambiado.
Ella sabía que no tenía el coraje y la audacia de Su Chengyu.
—Maestro Zheng, mátalo! Este joven es ambicioso y no está dispuesto a aceptar restricciones. Absolutamente no debe ser permitido vivir —dijo Luo Yijie con severidad.
Zheng Chunhua asintió. Extendió sus manos, revelando sus afiladas garras. Las uñas de sus diez dedos centelleaban con un brillo escalofriante, pareciendo armas.