Zeng Yifan luchó por levantarse del suelo, escupiendo un bocado de sangre, su rostro pálido.
Guan Yong retiró su puño, soltando una suave exclamación: «¿Realmente has alcanzado el Reino Gran Maestro? Aún así, no cambiará el hecho de que hoy estás condenado».
Cuando Guan Yong se movió para atacar otra vez, Zeng Yifan apretó los dientes. Sabía que no era rival pero no tenía otra opción que contraatacar, solo para ser golpeado por Guan Yong una vez más. Varios costillas se rompieron y fue lanzado al suelo nuevamente, rodando unos metros, escupiendo sangre fresca.
—Te sobreestimaste a ti mismo, ¡completamente estúpido! Zeng Yifan, no me culpes por ser despiadado contigo. Cúlpate a ti mismo por ser tan idiota y elegir enfrentarte a nosotros. ¿Qué beneficios te dio ese Su Chengyu que tanto le asististe? ¿Y ahora? Estás a punto de morir, ¿puede él salvarte?
