—Está llamando mi esposa —dijo Zeng Yifan.
Entonces, Zeng Yifan salió de la sala privada para contestar la llamada, mientras Li Yuancang y Su Chengyu seguían bebiendo.
Zeng Yifan contestó el teléfono con voz pastosa:
—Yuye, ya voy para allá.
—Zeng Yifan, tu esposa está en mi posesión. Si no quieres que muera, ven aquí ahora mismo —la voz de Guan Yong llegaba desde el teléfono.
—¡Guan Yong! Eres un cobarde despreciable, meterse con familias está por debajo de ti, no mereces ser el vicecomandante de Alma del Dragón —Zeng Yifan estaba impactado, como si le hubieran vaciado un balde de agua fría sobre la cabeza, liberándolo de su embriaguez. Jamás habría pensado que Guan Yong pondría las manos sobre Shen Yuye.
En el mundo de las artes marciales, se considera un tabú involucrar a las familias en los conflictos. Especialmente considerando que Guan Yong era el vicecomandante de Alma del Dragón, sus acciones eran vistas como el colmo de la deshonra.