Zeng Yifan también era consciente de la naturaleza única del Departamento del Alma del Dragón, sobre el cual Fang Ming no tenía control alguno.
—No se preocupen, no necesitan molestarse por mí. No he cometido ningún crimen, y el Gran Mariscal no se atrevería a matarme abiertamente. Ya que he elegido hacer esto, no temo a las consecuencias.
Zeng Yifan le dio una palmada en el hombro a Su Chengyu, su expresión era resuelta.
—Filo de Espada de Piedra es despreciable y sinvergüenza, no hay nada que no haría. Tú me ayudaste, ¿cómo podría ignorarte? —dijo Su Chengyu.
—¡Su Chengyu, quién te crees que eres? Si no fuera por la Familia Fang interviniendo hoy, ¡habrías muerto aquí! Intentas salvar a otros cuando ni siquiera puedes salvarte a ti mismo, ¡qué chiste! —gruñó Filo de Espada de Piedra escupiendo con desprecio, con una cara llena de burla.