—Está bien, seguiré tu consejo —dijo ella.
Su Chengyu de hecho tenía poco aprecio por la familia Lin. Eligieron a Hong Zhen Ting y el engaño; a largo plazo, era la familia Lin la que saldría perdiendo. No había razón para que Su Chengyu se alterara.
Sin embargo, si Xu Nanzhi no hubiera intervenido, Su Chengyu planeaba enseñarles una lección a la familia Lin, para que no pensaran que era alguien a quien se podía pasar por encima.
—Hay otra cosa. En los últimos dos días, me he sentido mal, mareada y anémica. Los síntomas son similares a los de antes —dijo Xu Nanzhi.
—¿En serio? Ya te curé. Siéntate, déjame revisarte —dijo él.
Su Chengyu hizo que Xu Nanzhi se sentara en el sofá, puso una mano en su espalda y con la otra le tomó el pulso.
Su Chengyu exclamó suavemente, su rostro cambió levemente.
—¿Ha recidivado? —preguntó Xu Nanzhi.