—¡Chico, esta raíz de ho shou wu es mía! Recuerda no competir conmigo, ¡tengo mucho dinero! —declaró Hou Kexin con arrogancia.
—¡Tres millones quinientos mil! —continuó ofertando Su ChengYu.
—¡Tú! ¿Estás tratando de oponerte a mí a propósito? Te advierto que si me ofendes, no tendrás un buen final. ¿Sabes quién soy yo? —dijo Hou Kexin con enojo.
—¡Tres millones ochocientos mil! —ofertó Hou Kexin, apretando los dientes.
—Esta señorita es ciertamente extravagante. Según mi opinión, esta raíz de ho shou wu está destinada a pertenecerte —el anciano estaba extremadamente complacido. Después de alabar a Hou Kexin, se dirigió a Su ChengYu—. Joven, ¿puedes aumentar aún más el precio? Si no ofertas, se la voy a vender a esta señorita.