—¿Este tipo no lo sabe? —Yihe Jiugui parecía algo incrédulo.
Con una mirada fría, Su Chengyu dijo:
—No tengo la costumbre de hablar a la ligera con todos. Si tú no lo has revelado, es muy probable que él no lo sepa.
—Entonces tendría sentido —dijo suavemente Ye Qingci.
Ella no creía que Long Xuan no tuviera interés en un tesoro que podría llevar a la ascensión. Su comportamiento imprudente actual probablemente se debía a una ignorancia genuina.
Ye Qingci en realidad no le importaba si el tesoro dejado atrás terminaba en un lugar donde nadie pudiera obtenerlo, pero como parecía ahora, confirmar que estaban en un diferente Cielo de la Cueva que era la Cueva del Dragón, de hecho, esa era su mejor opción para abandonar el Monte Fuji.
—¿Tienes la confianza de abrir la Cueva del Dragón si irrumpimos ahora? —La pregunta de Ye Qingci inmediatamente hizo que la mirada de Yihe Jiugui se dirigiera hacia ellos.
