—¿De qué estás hablando? —Shinazugawa Sanemi frunció el ceño con desagrado al hablar.
—Una mente sencilla ciertamente facilita a los demás discernir los pensamientos de uno, pero tú eres diferente. Mientras no quieras que los demás sepan, cada vez que hago una suposición, tus reacciones confirman mis respuestas. Si eso no es ser tonto, ¿qué es? —Su Chengyu explicó con una sonrisa.
En contraste, Chen Mengmeng es mucho más inteligente. Su sencillez le hizo entender que muchas personas podían adivinar sus pensamientos, por lo que cuando se enfrentaba a las sospechas de los demás, Chen Mengmeng siempre optaba por cerrar la boca, observando con sus ojos y contemplando en su corazón. Ese es el enfoque sabio.
Ya sea que adivine correctamente o no, mientras no diga nada, una suposición siempre será solo una suposición.
Y Shinazugawa Sanemi lo estaba regalando gratis.
Su Chengyu no podía entender cómo tal persona podría llegar a ser un ninja de alto rango.