—Lo siento, pero esas palabras están destinadas para que las diga yo —al escuchar esto, Ye Lengting estalló en carcajadas salvajes. Había visto arrogancia antes, pero nunca a este nivel.
—Niño, ¿crees que te dejaré escapar nuevamente? ¡Imposible! Ese día fue solo porque te subestimé, ¡pero no hoy!
Un anciano que estaba al lado de Ye Lengting dio un paso adelante rápidamente, diciendo con indiferencia —Joven maestro, ¿necesitas que tome acción y capture a esta persona? Él es meramente del Rango Celestial, dame tres segundos, y te garantizo que estará arrodillado ante ti.
Ye Lengting hizo un gesto de desdén con su mano y pesó la lanza larga en su mano, un rastro de intención fría en la esquina de su boca —No hace falta, ¡yo me encargaré personalmente de este tipo! ¡Esto es un rencor privado entre nosotros!
