—Dado que eres tan poco profesional, deja que papá te enseñe. Primero que todo... —Ren Feifan señaló al policía que acababa de asentir.
—Sí, no lo dudes. Estoy hablando de ti. De todos los disfraces que pudiste haber elegido, decidiste ser un mensajero. ¡Maldita sea! Te he estado observando entregar paquetes al otro lado de la calle durante media hora. Los mensajeros suelen moverse rápido porque tienen muchos paquetes que entregar y sus salarios se basan principalmente en el trabajo por pieza. Pero tú, te mueves lentamente y luces sospechoso como el infierno. Tu cara prácticamente grita "¡No soy un policía"! —El policía se puso rojo y bajó la mirada, incapaz de enfrentarse a sus colegas.
—Eh, ¿por qué se comporta como si hubiera cambiado de lugar con un sospechoso? ¿Por qué evita la mirada? ¿De qué tiene que avergonzarse? —Antes de que pudiera responder, Ren Feifan señaló al alto y delgado policía que estaba a su lado.