El hombre con la pierna rota observaba cómo su último recurso, su único apoyo, moría, sumiendo su corazón en un total caos.
Se apresuró a sacar una exquisita botella de jade de su cuerpo, abrió la botella y la fuerte fragancia del elixir se dispersó. Rogó fervientemente:
—¡No, no... por favor no me mates... estuve equivocado... Esta botella de elixir que llevo es un tesoro valioso... considéralo mi expiación... ¿Podrías perdonarme la vida...?
Ren Feifan miró la botella de jade en las manos del hombre lisiado. La fragancia del elixir era realmente intensa.
Cualquier otra persona se habría conmovido, ¿pero Ren Feifan?
¡Por supuesto que no!
¡Porque él mismo era un alquimista!
¡Despreciaba todos los elixires en Huaxia!
Sin dudarlo, Ren Feifan lanzó un chorro de Qi Verdadero directamente. Pronto, la botella de jade se convirtió en un montón de polvo, y el elixir se dispersó en el aire.
