```
Wang Zhen se fue con tres píldoras de resurrección, habiendo sacado tiempo de su apretada agenda para reunirse con Ren Feifan.
Hay un montón de cosas esperándolo para que las trate en el Cuartel General de Seguridad Nacional; no podría quedarse aquí charlando con Ren Feifan.
Antes de irse, Wang Zhen le dio una palmada en el hombro a Ren Feifan y le dejó un consejo.
—Joven, es genial ser ambicioso, pero en la Ciudad Capital, deberías aprender a mantener un perfil bajo y a moverte con cautela.
Ren Feifan se rio de sí mismo con sarcasmo y luego bajó las escaleras.
Sin embargo, se sorprendió al llegar a la planta baja: ¡Farmacéuticos Feifan estaba lleno de gente!
¿Cuándo atrajo Farmacéuticos Feifan a tal multitud?
En ese momento, Ye Chuchen estaba respondiendo pacientemente a las preguntas de un grupo de reporteros, con sus micrófonos casi metidos en las fosas nasales de Ren Feifan.
Pero honestamente, Ye Chuchen sí parecía tener ahora el aspecto de un CEO.