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—Feifan, ¿a quién estás elogiando por ser considerado? —De repente, una voz vino desde atrás.
Mmm, esta voz, suena como esa chica Cui Ying.
Ren Feifan se volvió feliz y vio a Cui Ying de pie detrás de él con una sonrisa juguetona en su rostro.
—¡Cui Ying! Te estaba elogiando a ti. Eres el cielo estrellado, todo se desvanece en tu presencia...
—¡Basta ya! —Cui Ying levantó la mano, haciendo un gesto para que se callara.
—¡Tú y tu lengua de plata! Pero eso es todo. Deja a Shi Han en paz, conozco bien a Shi Han. Verás lo buena que es Shi Han cuando convivas con ella. —Feifan asintió pensativo.
—Por cierto, Cui Ying, ¿también piensas vivir aquí? Eso no tiene sentido, ¿no vas a continuar con tu negocio de arrendadora? —Esa era una duda en la mente de Ren Feifan. La relación entre Cui Ying y Xu Shihan no era tan buena como él pensaba. ¿Por qué están viviendo juntas ahora? Cui Ying sabía que Ren preguntaría esto, así que respondió.