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Ren Feifan se acercó a Xu Shihan, sacó la Espada Inrastreable de Agua de Otoño y la volvió a guardar en el espacio misterioso. Luego formó algunos signos con sus dedos y la barrera fue finalmente levantada.
En ese momento, los ojos de Xu Shihan estaban ligeramente húmedos. Ver la pálida tez de Ren Feifan le tocó las cuerdas del corazón y se lanzó a sus brazos.
Su delicado cuerpo acunado por el de él.
Ren Feifan esbozó una pequeña sonrisa, sintiendo la suavidad contra su pecho. La consoló, diciendo:
—Acabo de decirte, el oponente no es más que una hormiga, no causa revuelo. ¿Por qué lloras?
Xu Shihan le dio una suave palmada en la espalda a Ren Feifan, replicando:
—Tú estás en este estado, ¿y no se me permite llorar?
Un sentimiento de alegría llenó el corazón de Ren Feifan. Acunó a Xu Shihan en sus brazos y la besó apasionadamente.
—¡Mmm!
Obviamente, Xu Shihan no esperaba que él fuera tan directo, su intensa masculinidad la dejó profundamente intoxicada.