El Maestro Liu había asumido que se echaría atrás, ¡pero nunca habría imaginado que este tipo realmente lo haría! En ese momento, quería maldecir en voz alta: ¡¿Para qué sirve la maldita orden de mi abuelo?! ¡El hombre lo golpeó de todos modos!
—¡Loco!
—¡Este tipo es un loco total!
El intenso dolor resurgió, y las heridas que habían dejado de sangrar comenzaron a manar sangre de nuevo. Esta vez, el Maestro Liu estaba genuinamente aterrorizado. Habiendo vivido una vida tan mimada durante tanto tiempo, nunca se había encontrado con un personaje tan implacable que rompiera botellas de cerveza a su alrededor.
—Maldita sea, yo solo lancé una botella una vez, ¿necesita ser tan duro consigo mismo?
—¡Y esta vez, definitivamente tendría que hacer una visita al hospital! —exclamó para sus adentros.
