Las píldoras espirituales sin igual son diferentes a los elixires comunes; incorporan un atisbo de la esencia del Heavenly Dao, lo que las hace extraordinariamente difíciles de refinar. Fue solo después de añadir el líquido de espíritu concentrado que Pedro tuvo la fortuna de refinar tal elixir; aun así, solo pudo obtener una píldora por horno.
Tomando una píldora espiritual sin igual, lúcida y cristalina, se la tragó.
Una vez digerida la pastilla, Pedro sintió una sensación peculiar. Parecía como si su cuerpo y alma fueran purificados, seguido por una comprensión intuitiva del Gran Dao. Esta realización mantuvo su mente sumergida en este estado durante mucho tiempo.
—¡En efecto, es una píldora espiritual sin igual!
Antes de que tuviera tiempo de maravillarse con la experiencia, una fuerza potente corrió a través de su cuerpo.