—Mi cultivo es un poco bajo y no puedo hacer mucho, pero aquí hay algunos elixires para expresar mi gratitud —dijo Peter mientras sacaba una botella de jade de su anillo y se la entregaba a Daniel.
—Tu cultivo no es alto y no es fácil para ti estar aquí bajo el mar. Deberías quedártelo —intentó rechazarla Daniel.
—También quiero hacer algo por el Clan Humano, ¿no me dejarás? —fingió estar molesto Peter.
—Está bien, lo aceptaré en nombre del Clan Humano. Ahora estamos a punto de tener una gran batalla, y sí necesitamos algunos elixires —rió Daniel—. Habiendo dicho eso, guardó la botella de jade en su bolsa de almacenamiento.
Después de despedir a Daniel, Peter regresó a su casa y sacó un montón de Monedas del Mar, entregándoselas a Sara y diciendo:
—Me ausentaré por un tiempo. Esto es para ti.
Sin esperar la reacción de Sara, la figura de Peter desapareció.