—Félix Walter, no esperaba que las cosas terminaran así tampoco —dijo Nellie White, sentada allí tristemente.
Al decir esto, Nellie White continuó:
—De hecho, creo que mi tía tiene sus propias dificultades.
Peter Brown sacudió la cabeza en secreto y decidió abrir la computadora portátil, reproduciendo la conversación grabada que acababa de capturar:
—Ya sabes que mis habilidades con las computadoras son impresionantes. He monitoreado la llamada de tu tía.
A Peter Brown realmente no le importaba lo que Nellie White pudiera pensar sobre ello.
En ese momento, el sonido de la conversación de Ella Harris con el hombre salía del computador.
Al principio, Nellie White estaba confundida e incluso algo descontenta con el espionaje de Peter Brown, pero a medida que escuchaba más, abrió la boca, completamente atónita:
—¡Imposible!
Fue lo primero que ella gritó.
Después de un rato, la expresión de Nellie White se tornó angustiada.
Peter Brown le preparó una taza de té y dijo:
