En esta villa, la propietaria dividió el espacio en nueve habitaciones para alquilarlas a nueve personas. Pedro Brown no pudo evitar sacudir la cabeza ante esta disposición.
Pedro vivía en el último piso, donde lo compartía con dos chicas. Sin embargo, después de notar la vestimenta de Pedro, no le prestaron mucha atención.
Sin preocuparse por su situación, Pedro limpió su habitación y luego cerró la puerta con llave y salió.
Ahora que solo le quedaban 1,000 yuanes de los 5,000 originales, Pedro se dio cuenta de lo rápido que se puede gastar el dinero.
Pedro recordó que las ferias de empleo se celebraban en el mercado de talentos, así que fue allí después de pedirle indicaciones a un policía.
Pedro decidió que, pase lo que pase, tenía que ocultar su cultivación tanto como fuera posible. Solo podía revelarla cuando fuera absolutamente necesario.
Al llegar al mercado de talentos, Pedro encontró que estaba abarrotado de personas en busca de trabajo.
