—Papá, ¿todavía no descansas? —Eduardo Martín llamó a casa con urgencia.
Leo Martín estaba sentado con su esposa viendo la televisión y se rió:
—¿Qué pasa? Aún no es tarde.
Eduardo dijo:
—¡Papá, ha sucedido algo grave!
—¿Qué pasó? —El ánimo de Leo Martín estaba ahora bien. Desde el anuncio de su nombramiento, toda la provincia estaba cambiando, y él era una figura muy destacada.
—Papá, ¿sabes lo que ha hecho Phoenix? —Dora Wright también escuchó la voz que venía del teléfono y preguntó:
—¿Qué le pasa a tu prima?
—Pedro, ¿qué pasa con Phoenix? —Leo Martín también estaba desconcertado y preguntó.
—Papá, no sabes, es que... —Eduardo Martín entonces habló sobre lo que había aprendido.
Al principio, a Leo Martín realmente no le importaba, ya que había muy poco que pudiera perturbarlo ahora.
Pero cuanto más escuchaba, más impactante y presionante se volvía.