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Claramente, los altos mandos le dan gran importancia a este oficial militar del Medio Oriente, con renombrados doctores llegando de la provincia y otros lugares uno tras otro.
Cuando Pedro entró en una amplia sala de conferencias, vio a muchas personas de mediana edad y ancianos ya sentados.
Pedro incluso vio al Profesor Smith sentado en la sala.
Al llegar Pedro, los ojos del Profesor Smith se iluminaron, y saludó a Pedro con una sonrisa.
Era evidente que estas personas se conocían entre sí, y todos estaban participando en conversaciones casuales. El único que parecía fuera de lugar era Pedro, sentado allí solo.
Por supuesto, Pedro conocía su situación. Si alguien tenía las menores calificaciones para estar aquí, probablemente era él, así que no quería decir mucho y se sentó allí meditando en su lugar.
Mientras Pedro meditaba, muchas miradas se posaron en él. Algunas personas preguntaban discretamente sobre su origen, mientras que otros no sabían cuál era su profesión.