—Príncipe, ha ocurrido un incidente terrible —Nelson irrumpió jadeando, su rostro reflejaba terror—. Alguien está liberando prisioneros, preparándose para rescatar a Nadia Gardner.
—¿Quién tiene la audacia de atreverse a sacar a un prisionero de mi territorio? —La frente de Magallanes se frunció y ladró fríamente—. ¿Quién ha hecho esto? ¿Están cansados de vivir?!
—No sé qué son estas personas, o más bien, no son humanos en absoluto —Nelson negó con la cabeza—. Sus cuerpos están cubiertos de escamas.
—¿Hombres Tiburón? —William Cole estaba impactado.
Sin esperar la respuesta de Nelson, salió disparado directo hacia el lugar donde estaba encarcelada Nadia Gardner.
William Cole bajó tres cubiertas de un solo aliento, llegando a la parte más profunda de la bodega del barco, y en su camino, vio a muchos guardias tendidos en el suelo, sus heridas rezumando sangre verde mientras gemían y temblaban donde yacían.
