—Maestro, es toda mi culpa; he sido negligente —Bettie Keith se secó las lágrimas.
—Olvida esas cosas. Dejemos que el Dr. Marchitar Fuego me examine —Edwin Campbell sacudió suavemente la cabeza.
—Dr. Marchitar Fuego, por favor hable con franqueza sobre cualquier problema que encuentre, sin reservas —Edwin Campbell continuó.
—Está bien —el rostro envejecido del Dr. Marchitar Fuego no mostró cambio alguno mientras miraba indiferente a Edwin Campbell—. Además de intoxicación alimentaria, también ha sido maldecido con un insecto no muerto. Alguien quiere controlarlo y usarlo para sus propios fines.
—¿Maldecido con un insecto no muerto? —Al escuchar estas palabras, la expresión de Edwin Campbell se volvió completamente sombría.