—Está bien, más te vale vivir hasta entonces y esperar a que venga a matarte.
—¡Jajajaja!
—Buena chica, realmente una buena chica —la ama de llaves principal rió aún más alegremente, echando la cabeza hacia atrás en un largo aullido, asintiendo y elogiando a Didi.
—Me parece verme a mí misma en mi juventud, y como te atreves a volver, eso significa que no le tienes miedo a la muerte.
—Una persona que ni siquiera le teme a la muerte es exactamente lo que necesito.
—¡Didi, eres genial!
—El elogio anormal de la ama de llaves principal dejó a todos los presentes atónitos, ¿qué estaba pasando?
—Si quieres vengarte de mí, entonces debes vivir bien.
—Te daré una oportunidad, cuidarás al heredero de la Secta del Amanecer, desde hoy, conviértete en su sirvienta personal, y quédate a su lado, cuídalo bien hasta que crezca.
—Solo haciéndolo así podrás ganar estatus, y tendrás la oportunidad de vengarte de mí. ¡Recuerda eso! —dijo la ama de llaves principal con una sonrisa.