El rostro de Ruth Amanecer todavía lucía una sonrisa. —Sr. Warner, eso realmente no es necesario.
—Vamos, directora Amanecer, está embarazada y ha recorrido un largo camino. ¿Cómo podría permitir que se cansara tanto? —Christian Warner rió entre dientes y mandó a traer un barril de madera, colocándolo frente al sofá.
Se acercó un poco a Ruth Amanecer. Un aroma femenino llegó hasta él, haciendo que Christian Warner lo inhale profundamente.
—Directora Amanecer, ¿qué marca de perfume usa?
La cara de Ruth Amanecer se mantuvo frígida. —Sr. Warner, desde que quedé embarazada, he dejado de usar tales productos.
Una mirada de emoción se esparció por el rostro de Christian Warner. —¿Entonces me está diciendo que este es su aroma natural, directora Amanecer?