—Tú... —William Cole estaba profundamente conmovido, observando impotente cómo el hombre era devorado por los aldeanos mutados, con un atisbo de impotencia en sus ojos.
El inferno furioso envolvió a los aldeanos mutados, sus cuerpos en llamas, escabulléndose en todas direcciones.
En poco tiempo, las pocas habitaciones intactas y el salón ancestral cercanos estaban todos ardiendo.
El fuego había consumido completamente el Pueblo Sinard. Arriba, el cielo estaba lleno de un humo espeso y aterrador. Innumerables personas quemadas por el fuego gemían en medio de ello. Mientras William Cole observaba esta escena, sentía como si estuviera precipitándose al infierno. Su ira ardía igual que el Pueblo Sinard en llamas.
—Quédense tranquilos, todos, yo, William Cole, buscaré justicia para ustedes! —Habiendo dicho esto, William Cole se giró y se dirigió hacia la dirección del viejo pozo.