—¿Qué pasa, Michele? —William Cole tenía un mal presentimiento en el corazón.
—¡Bang, bang, bang! ¡Salgan! Sé que están ahí, salgan... ¡bang, bang, bang! —El ruido estruendoso venía del auricular, seguido por la aterrorizada voz de Michele Keith—. Hermano Cole, después de que Laura y yo salimos, un hombre nos llevó a un bar. Dijo que el tío de Laura nos estaba esperando allí.
—Pero poco después de sentarnos, Laura empezó a sentirse mareada de repente. Sospeché que había algo mal con nuestras bebidas, así que usé el baño como excusa.
—Inesperadamente, cuando volví del baño, Laura ya se había desmayado. Corrí rápidamente de vuelta al baño para llamarte.
—¡Bang, bang, bang! —El sonido de los golpes en el auricular se intensificó.
La voz de Michele Keith se volvía más ansiosa—. Hermano Cole, los vi llevándose a Laura, necesitas venir rápido.
La cara de William Cole se puso furiosa, preocupado por la seguridad de Michele y de Laura, preguntó apresuradamente—. ¿Michele, dónde estás?