—¡Boom!
Un estruendo retumbó cuando Amanda Bolton pateó la puerta de la villa con una docena de patrulleros, sus pistolas apuntadas al suelo.
—William Cole, tienes mucho valor para atreverte a venir a la Ciudad Santa —dijo ella, con su pistola levantada, mientras afuera, francotiradores con punteros infrarrojos escaneaban el salón de la villa.
Amanda echó un vistazo a Jake Cole y ordenó —Lleven al Joven Maestro Cole a un lugar seguro inmediatamente.
—Maestro Cole, ¿qué hacemos? —Iris Harrison se aferraba fuertemente al brazo de William, su pecho descansando contra su brazo y su cuerpo temblando.
—La Tercera Dama tiene un mal carácter, podría matarnos. William sacudió la cabeza —Iris, no te angusties todavía, las cosas no están tan mal.
En ese momento, algunos patrulleros se lanzaron hacia Jake, que estaba en el suelo. William disparó tres agujas de plata, tumbándolos a todos.
—¡Bang!