Al escuchar que no viviría tres días, Kirk Cole no lo creía. Recogió una taza de la mesita de noche y la lanzó.
—Bang —explotó la taza en la cabeza del doctor, salpicando sangre.
Kirk Cole maldijo al doctor sangrante —Charlatán, es este charlatán —estoy en mis veintes, ¿dices que no puedo vivir ni tres días? ¿Te atreves a engañarme?
El doctor se sostuvo la cabeza, las enfermeras irrumpieron, usando gasa para detener el sangrado.
El doctor también estaba enojado, gritó de vuelta —Arruinaste tu propio cuerpo, causando insuficiencia renal, ¿por qué te desquitas conmigo?
—¡Nunca he visto un paciente como tú! —enfurecido, el doctor se dio vuelta y se fue.
Kirk Cole rugió —¡Detente! ¿Sabes quién soy? Soy Kirk Cole, la señora Cole es mi madre, ¿cómo te atreves a hablarme de esta manera? Te mataré.