William Cole maldijo interiormente, ¿habían descubierto su presencia?
—No te preocupes, es una inspección de rutina —le aseguró Araña.
—Cualquiera que entre al señorío debe detenerse al ver al equipo de patrulla y someterse a inspección.
—Si alguien se atreve a moverse imprudentemente, estas patrullas no dudarán en disparar y matar.
—¿Si los foráneos traspasan inadvertidamente, no estarán condenados? —preguntó sorprendido William Cole.
—Je.
—¿Inadvertidamente? Nadie puede traspasar inadvertidamente aquí, aquellos que lo hacen es muy intencionado —se burló fríamente Araña.
—Basta. No hables, que vienen.
Un pequeño equipo de diez se acercó. Rodearon a William Cole y a Araña, cuatro de ellos avanzaron para realizar la inspección, mientras los otros seis sostenían sus armas, listos para actuar en cualquier momento.
Después de que la inspección terminara y se confirmara que todo estaba en orden, se les permitió continuar.
Araña guió a William Cole hacia lo profundo del señorío.