—¿Esto es lo que llamas pedir? ¿Así es como tú pides a la gente? —un hombre adinerado de mediana edad espetó, su voz cargada de furia.
—Bang
El hombre sacó una pistola y apretó el gatillo.
—Ah —el magnate de mediana edad gritó, tendido en el suelo con el muslo ensangrentado cubierto, gritando sin cesar.
El hombre disipó el humo del cañón de la pistola, abrió la boca sin prisa y dijo —Yo, Escorpión, no me gusta ser interrumpido. ¿Entendido?
La multitud se quedó en silencio, sin atreverse a hacer ningún ruido.
—¡Entiendo, entiendo! —el magnate de mediana edad asentía continuamente, su rostro pálido de dolor.
Escorpión estaba bastante complacido con la reacción de todos y señaló a sus subordinados —Aplicadle antiséptico, no dejéis que muera.
—Déjame presentarme, se me conoce como Escorpión. —Estos son mis socios, Serpiente, Ciempiés, Araña, Sapo.
Al escuchar las palabras de Escorpión, muchos de los magnates se alarmaron.