William Cole sonrió, sin confirmar ni negar —Sr. Kramer, está bromeando. No soy tan astuto como piensa.
—Jeje.
El viejo Sr. Kramer soltó una risa, sin detenerse en el tema. Se recostó en el sillón de madera —La familia Kramer ha dado la bienvenida a algunos rostros nuevos. He atrapado a algunos y los he interrogado severamente.
—Debo admitir que son muy reservados. Prefieren morir antes que revelar quién los envió.
—Pero no es difícil adivinar. Ciudad Capital solía ser relativamente estable. ¿Quién se atrevería a espiar a las Cuatro Grandes Familias? —El viejo Sr. Kramer entrecerró los ojos hacia William Cole, sus palabras ya lo decían todo.
William Cole continuó haciéndose el tonto —¿Quién sería tan audaz?