—¿De qué se trata esto? ¿Quién les dio permiso para venir aquí y con un grupo tan grande? ¿Han perdido la cabeza? —El guardia de seguridad del Distrito Vista Soleada, empuñando su porra, rugió contra William Cole y sus hombres.
—¿Saben dónde están?
—¿Quién les dio la osadía para causar caos innecesariamente aquí? Tengan cuidado, podrían no ser capaces de manejar las consecuencias.
—¡Abran la puerta! —Dragón Verde bajó del coche.
—¿Abrir la puerta? ¿Saben dónde están? La gente que vive aquí no pensaría dos veces antes de lidiar con ustedes. Si son inteligentes, será mejor que se larguen.
—¡Zas! —Dragón Verde giró y envió al guardia de seguridad girando al suelo—. ¡Abran la puerta!
—¿Se atreven a agredir a alguien en una residencia privada?
—¡Chicos, vamos a por él!
—¿Qué está pasando? —El sonido de pasos resonó, seguido por un hombre en traje que apareció ante ellos a través de un pasaje abierto por los demás guardias.