Eloise Torres no podía creerlo:
—¿Cómo es eso posible? William Cole es solo un huérfano criado en un orfanato. ¿Cómo podría ser el nuevo Maestro? ¡Deben haber cometido un error! ¡Tiene que ser un error!
—¡Azotar—
El Dragón Verde avanzó, abofeteó la cara de Eloise Torres sin dudarlo:
—¡Silencio! ¿Cómo te atreves a insultar al Patriarca? ¡No conocías la vida de la muerte!
—¿La familia Dawn quiere ser ejecutada? —la voz del Dragón Verde era fría.
Asustada, Eloise Torres rápidamente negó con la cabeza:
—No... no... no, no lo hice.
William, ignorando a Eloise Torres, su mirada se posó en Joel Davidson:
—Te dije antes que no te arrepintieras, y dijiste que nunca te arrepentías de nada.
—Entonces, ¿te arrepientes ahora?
La cara de Joel Davidson se puso pálida, su cuerpo temblaba incontrolablemente:
—William... oh, no, Maestro, yo... no lo dije en serio.
—¿Ah sí? —William parecía divertido—. ¿Qué quisiste decir?
