William Cole soltó a Ruth Amanecer, sus ojos brillando con frialdad —¿Dónde está el contrato? ¡Sácalo!
—Heh, chico, debes estar soñando —se burló Rosie Davidson divertidamente—. Incluso si no podía obtener a Ruth, todavía la haría pagarle diez mil millones de dólares estadounidenses.
—¿Vas a darlo o no? —William Cole dio pasos rápidos y decisivos hacia adelante y agarró el cuello de Rosie.
Rosie estaba imperturbable, su expresión serena —Chico, ¿sabes dónde estamos? —¡Esto es la Mansión Nanth! El territorio del Patriarca.— ¿Te atreves a levantar la mano aquí? ¿Cansado de vivir ya?"
—¡Me atrevo de verdad! —La cara de William Cole se endureció mientras se lanzaba hacia la mesa de comedor cercana. Tomó un cuchillo del comedor y lo puso en el cuello de Rosie—. En una palabra, ¿renuncias al contrato o no?
La vista repelía a todos los presentes. Sus expresiones cambiaron drásticamente.