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—¿Estáis de acuerdo? —Abuela Vieja de la Secta del Amanecer pasó su mirada sobre el grupo en la reunión de la junta directiva.
Uno tras otro, los miembros de la junta se quedaron en silencio, asintiendo sin cesar.
—Exactamente, estamos aquí para celebrar tu alta del hospital —dijeron.
—¿Quién es Florence Amanecer? No la conozco y no tiene nada que ver conmigo.
—¡No difames a personas inocentes, cuándo ha contemplado Florence Amanecer asesinar al presidente? ¿No fue ella quien llamó a un médico para salvarlo? —Los miembros de la junta defendieron unánimemente a Florence Amanecer.
El rostro de Ruth Amanecer se volvió ceniciento —¡Estás torciendo lo correcto y lo incorrecto!
Abuela Vieja sonrió triunfante:
—Niña, que esto te sirva de lección hoy.
Ten en cuenta, ¡solo los vencedores tienen derecho a hablar!
—La naturaleza de este asunto es solo una palabra mía.
Ruth sacudió la cabeza decepcionada: