—¿Todos los que regresan del extranjero son así de abiertos, abrazándose y besándose libremente en las calles? —bromeó William Cole con una sonrisa.
—Humph, no es que seamos abiertos. Es solo que tú eres anticuado. Abrazar es una cortesía en países extranjeros —arrugó su linda nariz Hannah García.
—La única razón por la que ocurrió fue porque tú eres mi buen amigo. Definitivamente no abrazaría a cualquiera.
—Subamos al coche; ya son casi las seis. Deberíamos cenar pronto.
Hannah García empujó a William Cole al coche.
Solo entonces notó a una hermosa mujer con gafas de sol sentada en el asiento del pasajero del BMW. Tenía una cara de forma de semilla de melón, lucía un top sin tirantes y pantalones cortos.
Llevaba un bolso LV en sus brazos y la última versión del iPhone en su mano.
—Hojita, este es mi buen amigo —Hannah García la presentó con una sonrisa.