En ese momento, cuatro o cinco hombres vestidos con rompevientos negros irrumpieron en la habitación. Eran los guardaespaldas que Dwright Brews había dispuesto en cercanía para prevenir cualquier incidente inesperado. Para su sorpresa, su precaución resultó necesaria.
Vieron a William Cole sujetando el cuello de Dwright Brews con una mano, levantándolo alto del suelo, lo cual los dejó desconcertados.
Dwright Brews medía seis pies de altura y pesaba casi 160 kilos.
¿William Cole podía levantarlo usando solo una mano? Intercambiaron miradas asombradas; la cantidad de fuerza requerida para tal hazaña era tremenda.
Los guardaespaldas no tuvieron tiempo de contemplar más el asunto. Dwright Brews, cuyo cuello estaba siendo fuertemente agarrado por William Cole, estaba casi sin aliento.
—¿Qué estás haciendo? —gritó uno de ellos.
—¡Suelta al Joven Maestro Brews! —ordenaron al unísono.
William Cole permanecía indiferente, continuando estrangulando a Dwright Brews.