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La última vez fue en Villa Lago Primavera, no en el terreno de Guillermo.
Hoy fue en Salón Trece, dentro de la clínica médica de Guillermo.
¿Alguien realmente podría abofetearlo con un cheque?
Con un paso adelante, Guillermo tomó el cheque de mil millones, lo rompió y gritó:
—¡Fuera!
El grupo que seguía a Celia Torres miró incrédulo a Guillermo.
—¿Estás loco? —preguntó alguien.
—Este es un cheque de mil millones, ¿crees que es falso? —preguntó otro.
—¡Idiota! Si llevaras este cheque al banco, podrías cobrarlo al instante. ¿Por qué lo rompiste? —inquirió un tercero.
Estas personas miraban furiosas a Guillermo, como si el cheque de mil millones fuera suyo.
Celia Torres miró despectivamente a Guillermo. En sus ojos, no era noble de Guillermo rechazar el billón, sino porque el billón no era suficiente para moverlo.
—Dos mil millones —dijo Celia Torres sin emoción.