William Cole miró a las dos chicas, sus expresiones de dolor, su estado mental muy malo.
Sin embargo, estas dos chicas estaban bien vestidas, claramente del tipo delicado.
Ahora, el desfiguramiento y la podredumbre de sus rostros les propinaron un gran golpe.
—Ruth Amanecer, ¿usaste el Lodo de Primavera Nevada que te dieron para experimentos? —El rostro de William Cole era tan inmóvil como el agua.
El desfiguramiento facial de las chicas era severo, supurando pus, evidentemente durante algún tiempo ya.
Además, a juzgar por su condición, parecían haber hecho un mal uso de medicamentos para el tratamiento, y ya era muy grave.
Minnie Wright intervino:
—Ruth Amanecer, has perdido tu conciencia en tu búsqueda de dinero.
—Como la directora ejecutiva de una compañía farmacéutica, deberías ser responsable de la seguridad de tus medicamentos y de la seguridad de otros.
Ruth Amanecer sonrió con desdén:
—Minnie Wright, dices que no tengo conciencia.
—¿Qué hay de ti?