William Cole no esperaba que Ruth Amanecer emitiera tal orden.
Él no se molestó en charlar y directamente se abrió paso a la fuerza.
—Si no honras el brindis, debes beber un castigo; ¡deténganlo y golpéenlo hasta matarlo! —gritaron los Cuerpo de guardias de la familia Dawn. Se lanzaron hacia él, y los musculosos extranjeros, sin más preámbulos, se unieron a la pelea.
Como bestias salvajes, un total de más de treinta personas se lanzaron sobre William Cole.
William Cole no fue para nada cortés. Los tumbó uno por uno con su pie; con su actual fuerza en artes marciales, su Poder Interno estaba casi a la par con un Gran Maestro Medio Paso.
Aunque su técnica no fuera perfecta, esos guardias ordinarios no tenían ninguna oportunidad, especialmente sin armas en sus manos. No tenía miedo de enfrentarse solo contra unos treinta.
—Bang!
—Smack!
—Crack!