La chica de repente agarró la mano de Basil Jaak y se inclinó hacia su abrazo. Basil Jaak estaba un poco aturdido, preguntándose si las bellezas en Kun eran todas tan directas. Eso no está bien, ¿verdad?
—Señorita, ¿por qué no tiene usted un hogar? ¿No es su hogar por aquí? —preguntó Basil Jaak con curiosidad.
—Me engañaron para venir aquí; mi familia está en Ciudad Rong. Querían que fuera una 'Señorita', y hoy era mi primer día. Aproveché la oportunidad para escapar cuando no estaban prestando atención. Nunca pensé que me encontraría con un par de pícaros aquí. Jaak, realmente me salvaste... sollozo, no tengo dinero encima ahora. ¿Podrías acogerme, Jaak? —La chica miraba a Basil Jaak con una mirada lastimosa.
