—Amanda, dijiste que él vendría pronto, ¿pero dónde está ese chico? ¿Crees que está decidiendo hacernos pasar por tontos y dejarnos asarnos bajo este sol? —Kayson se llevó las manos a la frente, mirando de un lado a otro, quejándose constantemente.
—Kayson, ten paciencia. Si dijo que nos recogería, dudo que nos vaya a dejar plantadas —Amanda observó la expresión ansiosa de Kayson y respondió con una tenue sonrisa.
—¡Solo lo conocemos desde ayer! ¿Quién sabe si nos va a dejar plantadas? —murmuró Kayson con dudas.
Amanda sacudió la cabeza:
—No parece ese tipo de persona. Esperemos un poco más.
—Espera, espera, espera... Amanda, ya has dicho eso cinco o seis veces —Kayson hizo un puchero, se sentó en la silla de la tienda de jugos y protestó descontenta.