—¡Vamos! —gritó Kayson orgullosamente a Basil Jaak.
Basil Jaak, bostezando, siguió a Kayson. No podía comprender cómo una mujer tan atrevida como Kayson ni siquiera iría al baño sin la compañía de alguien.
Kayson se giró para lanzarle una mirada fulminante a Basil Jaak y murmuró irritada:
—¿Tienes mucho sueño?
—¿Recién te das cuenta, eh? —Basil Jaak bostezó a propósito en dirección a Kayson, mostrando cansancio intenso.
—Tú... Hmph, ¡un tipo que prioriza la pasión sobre la amistad! —Kayson rodó los ojos sin palabras y se adelantó.
Basil Jaak siguió a Kayson hasta el baño, apoyándose en el lavabo, alzó una ceja con una sonrisa traviesa:
—¿Debería entrar contigo?
Kayson le lanzó una mirada y gruñó:
—¡Intenta entrar! —Entonces, con un golpe, cerró la puerta del baño.
Afuera, Basil Jaak se quedó riendo entre dientes y pensó que las jóvenes de hoy en día son tan violentas.