Al oír las palabras de Xenia, Basil Jaak encontró difícil creerlo y no pudo evitar preguntar —¿Realmente vas a compartir cama conmigo esta noche?
Este chico obviamente le gusta señalar el elefante en la sala. Ya lo había dicho, ¿no podría él, como hombre, tomar la iniciativa por una vez? Xenia miró a Basil Jaak con timidez y enojo y dijo —Deja de hablar y ve rápido a buscar una almohada y una manta de mi habitación.
—Ah... ¡Ok, enseguida! —respondió Basil Jaak, apresurándose hacia la habitación de Xenia.
Compartir cama con la chica que amaba, independientemente de la razón, era innegablemente emocionante. En cuanto a ese ratón... Basil Jaak lo encontró bastante adorable. Debe ser un Cupido enviado por la casamentera. Si consigue la oportunidad mañana, lo dejará ir. Es una especie de quid pro quo.