—Hahaha... —Al escuchar las palabras de Yagyu Ittovine, Ye Xiong no pudo evitar reírse a carcajadas.
—Yagyu Ittovine, ¿crees estar a la altura? —Con eso, se levantó.
—Ustedes, los artistas marciales del País Yinghua realmente se van por las ramas. Si van a luchar, háganlo ya, ¿por qué tantas palabras? —preguntó con impaciencia.
—¡Desenfunda tu espada rápido! —exclamó Ye Xiong con urgencia, fijando su mirada en la espada detrás de Yagyu Ittovine.
Yagyu Ittovine vaciló —He oído que Longmen tiene un nuevo Señor Dragón, ¡y ese Señor Dragón es el Maestro Lin!.
—¡Y ese Maestro Lin también tiene el apellido Lin. Seguramente es hijo de aquella persona? —inquirió con curiosidad.
—¡Suficiente tontería! Desenfunda tu espada rápido, eres un artista marcial, actuando como una mujer con tanta indecisión —le espetó Ye Xiong, desatando su fuerza interna.
Sin embargo, Yagyu Ittovine todavía no desenfundó su espada, en cambio se rió histéricamente: