Li Qingcheng fue testigo de la escena ante ella, y su corazón también se desgarró de dolor.
—¡Papá! ¡Suelten a mi papá! —Li Qingcheng gritaba hacia Liu Chuanqi, increpando a Wu Yong.
El cuerpo de Liu Chuanqi temblaba violentamente porque escuchó a su hija llamarlo papá.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que escuchó esa palabra?
—Qingcheng... —Incluso en este momento, Liu Chuanqi momentáneamente olvidó el dolor en su mano derecha.
—Papá, ¿es cierto que presenciaste a mamá siendo asesinada por Wu Yong hace años y aun así no buscaste venganza contra él, todo por mi bien, verdad? —Li Qingcheng le preguntó a Liu Chuanqi.
El cuerpo de Liu Chuanqi estaba empapado de sudor frío, pero en este momento, no le importaba.
Ahora le importaba aún más la pregunta de su hija.
Lo que más le importaba era darle una explicación a su hija.
Sabía que hoy las probabilidades estaban en su contra y no quería dejar atrás la imagen de un padre cobarde en el corazón de su hija después de morir.