Justo cuando Xia Jiuling había escapado al patio trasero, escuchó una serie de gritos desde afuera.
—¡Bang bang bang bang!
Después de eso, cuatro cadáveres fueron lanzados desde la distancia y cayeron a sus pies.
Miró hacia los cuatro cadáveres y, aun siendo un Maestro de la Conversión de Energía de nivel máximo, su corazón dio un vuelco.
Pues no eran cadáveres cualquiera; eran los cuatro Maestros de Secta de su mansión.
Aquellos cuatro Maestros de Secta que acababa de enviar para bloquear a ese Maestro Lin.
¿No habían pasado ni diez segundos y ya estaban todos muertos?
¡Todos convertidos en cadáveres!
¿Ese Maestro Lin, era tan aterrador?
¡Matar a Maestros de Secta como si degollara pollos y perros!
¡Parecía un demonio entre los hombres!
¡Incluso él, asustado hasta sudar frío, temblaba de miedo!
—¡Boom!
Justo entonces, Lin Dong cruzó desde el patio exterior, saltando sobre el edificio principal y aterrizando directamente en el patio interno.