—¿Cinco... quinientos millones? —preguntó el director al oír esta cantidad, tembló tanto que el micrófono se le escapó de las manos y se estrelló contra el suelo.
—¿Quinientos millones, Dios mío, he oído bien? —exclamaron los asistentes, también estallaron en un zumbido de asombro.
—¿Ha dicho quinientos millones? ¿Estás seguro de que no son yuanes? —preguntaron con duda.
—Completamente seguro, ¡definitivamente dijo quinientos millones! —afirmaron algunos entre la multitud.
—Tang Mu solo donó 50 millones, ¿quién diablos es este Lin Dong que está donando quinientos millones? —se preguntaban unos a otros.
—... —Lin Dong tenía una reputación en el mundo de la Medicina Tradicional China. Pero los que estaban aquí hoy para asistir al aniversario de la escuela no eran otros expertos en Medicina Tradicional China, así que todos no lo reconocieron. Hasta Tang Mu estaba mirando a Lin Dong, su rostro lleno de incredulidad y conmoción.