Qiao Zilin volvió al hotel después de regresar del hospital.
Qiao Xixi preguntó:
—¿Cómo te fue, encontraste a Lin Dong?
Qiao Zilin negó con la cabeza y le contó lo que pasó en el hospital.
—¿Golpeaste a Qiao Bing dos veces? —Qiao Xixi se sorprendió, pensando que Qiao Zilin era realmente audaz pero imprudente.
Y hasta golpeó a una mujer, lo cual era de muy mal gusto.
Qiao Zilin, por otro lado, se jactó con orgullo:
—Sí, la golpeé, y si Lin Dong no aparece, planeo ir allí todos los días para darle unas cuantas bofetadas más.
—¿No es ella la que no tiene modales? No sabe cómo respetar a su hermano de clan, entonces yo le enseñaré cuáles son los modales de la Familia Qiao!
Qiao Xixi se quedó sin palabras. ¿Desde cuándo los modales de la Familia Qiao implicaban golpear mujeres?
Sin embargo, aunque se quedó sin palabras por dentro, no lo expresó en voz alta.
Visto de esta manera, su objetivo había sido alcanzado.